Construcción de un indicador socioeconómico y espacial para el análisis del Desarrollo Económico Territorial del departamento del Meta (2005-2015)a

 

Jorge Alessandri Romero Novoab

 

Recibido: 08 de octubre 2019 Aceptado: 12 de octubre 2021

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.52.5

 

Resumen

 

El presente artículo es producto del ejercicio realizado (conceptual y metodológicamente) al Desarrollo Económico Territorial (DET) como una Dimensión del Desarrollo, mediante el análisis de información estadística disponible en el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (2015), con relación al cruce de diferentes variables de índole política, económica, social y geográfica. El objetivo que se persigue consiste en referenciar multidimensionalmente el desarrollo como una representación social que va más allá de su alcance económico. Es un ejercicio que se realiza en los 29 municipios del departamento del Meta (Colombia), a través de diferentes variables que representan atributos de los campos político, económico, social y geográfico, mediante la construcción de un indicador sintético que las relacione. Las variables son agrupadas en cuatro (4) Dimensiones y operadas entre sí; son normalizadas por medio del uso del software SPSS para obtener igual número de índices dimensionales: Índice de la Dimensión Política (IDiPo), Índice de la Dimensión Económica (IDiE), Índice de la Dimensión Social (IDiS) e Índice de la Dimensión Geográfica (IDiG), los cuales, a su vez, son representados otorgando un peso a cada dimensión (IDeMet por porcentajes) y, además, por el promedio de sus valores finales (IDeMet por promedio). Los resultados de los índices son representados y analizados en el mapa político-administrativo del departamento, identificando, por una parte, un cierto patrón en la distribución geográfica del índice, desde el centro hacia el perímetro departamental; y por la otra, un comportamiento reticular y en red de los territorios que son producidos, en las dos últimas décadas, en el marco del Desarrollo Económico Territorial del Meta.

 

Palabras clave: análisis espacial, indicador socioeconómico, desarrollo económico, desarrollo territorial.

 

Construction of a socioeconomic and spatial indicator for the analysis of the Territorial Economic Development of the Department of Meta (2005-2015)

 

Abstract

 

This article is the product of the exercise carried out (conceptually and methodologically) to Territorial Economic Development (TED) as a Development Dimension, through the analysis of statistical information available in the National Administrative Department of Statistics (2015), in relation to the crossing of different variables of a political, economic, social and geographical nature. The objective is to refer multidimensionally development as a social representation that goes beyond its economic scope. It is an exercise carried out in the 29 municipalities of the Department of Meta (Colombia) through different variables that represent attributes of the political, economic, social and geographical fields through the construction of a synthetic indicator that relates them. The variables are grouped in four (4) Dimensions and operated with each other. These Dimensions are normalized through the use of SPSS software to obtain the same number of dimensional indices: Political Dimension Index (IDiPo), Economic Dimension Index (IDiE), of the Social Dimension Index (IDiS) and of the Geographical Dimension Index ( IDiG), which in turn, are represented by giving a weight to each dimension (IDeMet by percentages) and, in addition, by the average of their final values (IDeMet by average). The results of the indices are represented and analyzed on the political-administrative map of the Department, identifying, on the one hand, a certain pattern in the geographic distribution of the index from the center to the departmental perimeter and, on the other hand, a reticular and network behavior of the territories that are produced in the last two decades, within the framework of the Territorial Economic Development of Meta.

 

Key words: spatial analysis, socioeconomic indicator, economic development, territorial development

 

 


 

Introducción

 

Es impreciso considerar que el desarrollo económico territorial (DET) es una dimensión meramente económica, toda vez que, entender que los procesos productivos inciden en la configuración (permanente) de los territorios a través de procesos económicos que se manifiestan en el poder, el control y el conflicto (Haesbaert, 2004; Matteo, 2011), deja de lado aspectos que trascienden escenarios sociales y geográficos, y que se originan en el territorio (Favareto et al. 2015). En este entendido, el territorio aparece como un elemento fundamental que se integra a la actividad económica y a las relaciones sociales que subyacen, con un vínculo que no solo se relega a los procesos productivos (Matteo, 2011); permite asumir de una manera más integrada los sistemas sociales, su orden y su relacionamiento. Esto es, entender que los procesos en torno al desarrollo en la actualidad, materializados en la organización del territorio, requieren una mirada (o una lectura) que secuencie los procesos productivos multiescalarmente (espacio local y regional1) y la distribución de elementos socioeconómicos con los órdenes sociales (preexistentes), puesto que “cada uno crea formas específicas de organización espacial del proceso productivo” (Matteo, 2011, p. 80).

 

Vale la pena considerar de entrada que existen múltiples acepciones de la palabra desarrollo y, a su vez, diversas interpretaciones como discurso que se deriva de la concepción economicista del mundo. Empero, es un proceso que se puede comprender desde diferentes dimensiones que configuran el territorio, el cual varía en función de diversos cambios del entorno social.2 Al respecto, Escobar (2007) señala que el ‘desarrollo’, como pilar del control de los actores y de los territorios, sobre todo de los países del Tercer Mundo, entra en escena a mediados del siglo XX. Este discurso, fundado en principios afines a las ideas de progreso y creado por los expertos del Primer Mundo, tenía un propósito económico ambicioso y era alcanzar en cada país “altos niveles de industrialización y urbanización, tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la producción material y los niveles de vida, y adopción generalizada de la educación y los valores culturales modernos” (p. 20); lo que resulta de cierta manera discutible en la actualidad si se tiene en cuenta que el control político de los Estados es determinante en el desarrollo de los territorios.

 

Así mismo, aspectos políticos, sociales y económicos relacionados con el desarrollo son abordados por autores como Sen (1999), Bordieu (2001), North et al. (2009; 2012) y relacionados con la actualidad mundial. La articulación entre lo político y lo social es explicada por Bordieu a partir de las realidades (históricas) sociales presentes en el pensamiento económico, y desde la multidimensionalidad de las acciones e instituciones económicas. De manera similar, Sen hace referencia a la interdependencia que existe entre el desarrollo (económico) y la libertad (política y social)3. El desarrollo (como sostiene la autora) se concibe como un proceso en donde las prácticas de la sociedad deben darse desde la ‘libertad’, conjugando diferentes factores, determinantes y visiones que se institucionalizan. La misma autora señala que al restringirse el acceso de la sociedad a las prácticas económicas y, complementada por North et al. (2012) al no integrarse de manera precisa las teorías de la economía, las instituciones políticas y el comportamiento social surge la pobreza, la escasez y la violencia como manifestaciones (históricas) del poder político y la regulación económica en el orden social. En este sentido, el énfasis (ahora) es en la persona, en los modos de gobernarse, en la evolución histórica de los territorios, en el orden social que han establecido las instituciones económicas y políticas sobre los procesos del desarrollo.

 

Por lo tanto, referirse a los procesos de desarrollo que configuran los territorios a través de un proceso económico controlado por un poder político que modela a la sociedad (Acemoglu & Robinson, 2012) aleja la capacidad y representatividad de la base social y geográfica que les soporta. Esto resulta estratégico de comprender, puesto que son las estructuras sociales aquellas que determinan la multiescalaridad y multifuncionalidad de las acciones económicas (Bordieu, 2001), y el poder político aquel que, como producto social que se debe a la libertad social, política, cultural del ser humano, debe propiciar el acceso al desarrollo (Sen, 1999). Restringir o condicionar ese derecho del orden social (individual o colectivo) a la producción económica, es una forma de segregar y originar la pobreza (una forma de violencia), de promover diferencias en el desarrollo de los territorios y de expresar en la institucionalidad, resistencias, jerarquías y poderes de la organización política y económica del Estado (North et al., 2009). Así, por ejemplo, la sociedad, sus prácticas económicas, su organización territorial, su representación política y sus lugares de ubicación, pueden considerarse todos como hechos territoriales4 relacionados con el desarrollo y con la producción del territorio (Haesbaert, 2004). El DET puede ser ese enfoque, un argumento en el que desarrollo, sociedad y territorio adquieren una disposición como concepciones, procesos, perspectivas y realidades que se plantean en el tiempo y en el espacio (Haesbaert, 2004; Pecqueur, 2005; Matteo, 2011).

 

El DET mantiene un vínculo sociopolítico que no solo se relega a los procesos productivos sino, además, a las condiciones socioeconómicas de las comunidades e individuos que producen territorios. Este enfoque se fortalece en el ámbito local y regional que protagoniza el desarrollo a finales del siglo XX y se explica (en la actualidad) interdependientemente a los sistemas sociales, el orden social y la producción social del espacio. Sin embargo, definir el territorio exclusivamente desde el poder y el control, como lo deja entrever Haesbaert (2004), y reconocerlo en el desarrollo local5 como desarrollo territorial, como lo comenta Pecqueur (2005, pp. 297-298), genera una perspectiva que reduce los aportes de la Geografía Humana en el último siglo y subraya los de la economía, la antropología y la sociología. Es cierto que se ha reivindicado el territorio al desarrollo económico y que se ha tornado la mirada política y económica a los diversos ordenes sociales, pero es algo que se entiende en la espacialidad geográfica y en la producción social del territorio, algo que la geografía crítica estudia.

 

El DET, entonces, se debe abordar como un proceso histórico multidimensional y multiescalar que se expresa a partir de diferentes dimensiones territoriales. Al respecto, Favareto et al. (2015) señala que (el desarrollo) es “multidimensional porque no solo importan los ingresos entre niveles de gobierno y las múltiples fuerzas sociales; y multiescalar porque no deriva del Estado sino más bien de una trama compleja de diversas interdependencias” (p. 17). Y se expresa en el territorio toda vez que define las formas de organización territorial que soportan dinámicas y cambios en las estructuras políticas, culturales y económicas del territorio. De tal manera que los vínculos entre el desarrollo y el territorio se han enmarcado en procesos y organizaciones que privilegian el estudio económico y la regulación política sobre la comprensión de los sistemas sociales. Es aquí donde radica el interés de medir el desarrollo económico territorial a partir de un indicador que integre las dimensiones política, social, cultural y geográfica a la económica6. Como señalan Lindón y Hiernaux (2012), considerar dimensiones que no relevan sólo la materialidad de los procesos geográficos permite incorporar variables que permiten el análisis y no sólo la descripción de hechos físicos.

 

Así, el presente artículo busca representar las ideas y dinámicas señaladas del DET a través de la relación y jerarquización de los 29 municipios del departamento del Meta (Colombia) mediante un índice multidimensional que se construye desde información estadística municipal. El escenario territorial del trabajo aquí realizado se enmarca en la investigación doctoral titulada «Relación entre los regímenes de desarrollo y el proceso de configuración territorial de la ciudad de Villavicencio (Colombia), entre 1936 y 2019», que el autor adelanta en el Doctorado en Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas (Colombia), en el Grupo de Investigación Territorialidades y en la línea de Investigación «Territorialización de las acciones y procesos de metropolización». De esta manera, las referencias, los análisis y los resultados alcanzados asumen el desarrollo como una representación social que va más allá de su alcance económico y que permite considerar (diferentes) variables de orden político, económico, social y geográfico cuyos datos presumen la ‘libertad y acceso’. Es decir, cada variable se considera como una referencia de base social y geográfica que resulten ser indicadores del acceso al desarrollo económico.

 

En virtud de lo anterior, el articulo relaciona y analiza diecisiete (17) variables agrupadas en cuatro (4) dimensiones (Política, Económica, Social y Geográfica) para construir un indicador que operacionaliza doce (12) de estas; esto es, articula el nivel de representatividad del desarrollo económico territorial dentro de cada dimensión mediante la cuantificación y distribución municipal del indicador en el mapa de la división política del departamento del Meta, mostrando el ‘estado de bienestar’ por municipio, a través de un rango que esta entre 0.0 y 1.0 (el menor y mayor grado, respectivamente). Los resultados son agrupados inicialmente como índices por cada dimensión territorial (IDiPo, IDiE, IDiS y IDiG) y posteriormente por los cálculos realizados con las variables normalizadas (por promedio y por porcentajes). De tal manera que en cada cálculo se muestra la distribución geográfica del valor alcanzado por cada municipio. Es desde esta idea donde se cumple el objetivo del presente artículo que consiste en referenciar y representar multidimensionalmente el desarrollo como una representación social que va más allá de su alcance económico a través de cruzar una serie de datos de manera simultánea y de diferentes variables que representan atributos de los campos político, económico, social y geográfico, mediante la construcción de un indicador sintético7 que las relacione. Todos estos elementos enmarcados en conceptos como el desarrollo, el territorio y el orden social.

 


 

 

Materiales y método

 

Representar el DET a través de una medida, en este caso, un indicador sintético ÍDeMet, se asume como el producto de la selección y organización jerarquizada de variables que se corresponden entre sí y se enmarcan en las siguientes dimensiones territoriales: Dimensión Política, Dimensión Económica, Dimensión Social y Dimensión Geográfica8; las cuales se analizan considerando su localización, interacción y distribución en cifras, a través de algunas particularidades territoriales del departamento del Meta; análisis que puede aplicarse y extrapolarse a otros municipios y departamentos del país. Cada una de las variables y dimensiones aporta elementos estructurantes en la búsqueda del índice, como una medida de la unidad espacial en torno al DET por municipio (Alfonso, 2017); por lo que, al interior de cada una, se definen y agrupan variables que permiten representar un ‘estado de bienestar’ por municipio a través de medir en un rango que esta entre 0.0 y 1.09, el nivel de representatividad dentro de cada dimensión.

 

La construcción del indicador parte de la revisión de los datos con que cuenta el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) (2015), los cuales consideran treinta y seis (36) variables agrupadas en seis (6) dimensiones relacionadas con Desastres, Ambiente, Fiscal-Político, Demografía, Seguridad y Social, mediante las cuales se caracterizan los municipios de Colombia. Posteriormente, se realizó la selección de 14 variables que representan rasgos municipales sobre lo local, lo individual y lo territorial (Tabla 1), de las cuales se seleccionan 9 y las otras cinco se toman como referencia para la construcción de tres variables más. Finalmente, se establecen 12 variables esenciales para la construcción inicialmente, de cuatro índices de dimensiones territoriales en los campos político, económico, social y geográfico10 y, posteriormente, la integración en un indicador sintético que representa el desarrollo económico territorial de los municipios del departamento del Meta.

 

Tabla 1. Variables definidas para las Dimensiones Territoriales

 

Fuente: elaboración propia.

 

En concordancia con lo anterior, a cada dimensión se le construye un indicador propio, producto de la articulación entre las 12 variables aquí definidas. Cada una de ellas es estandarizada mediante el uso del software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) y, a su vez, es correlacionada entre sí, a partir de la asignación de un porcentaje dimensional no superior al 25% (con lo cual se busca señalar la incidencia de cada dimensión, por igual, en el cálculo del indicador11) y un peso proporcional para cada variable que, parafraseando a Pecqueur (2005), según el “vínculo sociopolítico que no solo se relegue a los procesos productivos sino, además, a las condiciones socioeconómicas de las comunidades e individuos que producen territorios” (p. 313); algo mencionado anteriormente. Cada conjunto de datos y variables son normalizados mediante el uso de la fórmula:

 

 

Posteriormente, son calificados y, finalmente, operados para cada dimensión territorial. De tal manera que resulta esencial recordar que estas variables asumen aspectos municipales que se articulan entre sí. Variables como Estatalidad, Dependencia Demográfica, Pobreza Marginal, Deserción de la Educación, Dinámicas de Urbanización y distancia a Bogotá, por ejemplo, permiten asumir el ‘estado de bienestar’ como un escenario que va más allá de la calidad de vida ‘económica’ y que se puede representar a través de su correlación de orden entre los municipios del departamento del Meta. Así, se operacionaliza el enfoque territorial mediante la construcción de un indicador para cada dimensión12 según registre la mayor sensibilidad de la información socioeconómica y la relación con su distribución espacial municipal en el departamento (Reilly, 1931); luego se sintetiza en uno final, el Índice de desarrollo económico Departamental-IDeMet (Tabla 2).

 

Tabla 2. Propuesta de un índice de Desarrollo Departamental

 

Fuente: elaboración propia.

 

Con todo lo anterior, se cuantifica la ‘libertad y acceso’ a las variables definidas, asumiendo el desarrollo como bienestar social y “como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los individuos”, según señala Sen (1999, p. 19). Cada una involucra información relevante y estratégica para medir (o por lo menos comprender) el DET del departamento del Meta. Así, para alcanzar mayor sensibilidad en el valor de los índices de las dimensiones territoriales, se realizan dos cálculos para obtener cada índice: por un lado, promediando los datos normalizados de las variables y, por el otro, otorgando el peso porcentual asignado a cada variable normalizada (Tabla 1); de tal manera que se determina un índice de desarrollo departamental con los resultados obtenidos por promedio y por el peso porcentual de las variables; resultados que permiten comparar la distribución geográfica del DET en los municipios del departamento y así, analizar el significado de dicha distribución.

 

Los valores en cada dimensión territorial son organizados de mayor a menor y son explicados empezando por el índice que tiene mayor rango de representatividad (un mejoramiento considerable y que propicia el desarrollo). Con ello se asume, de entrada, una respuesta social apoyada en la libertad, acceso e interdependencia que tiene la persona con las variables seleccionadas, en cada uno de los 29 municipios del departamento del Meta. Los órdenes definidos en algunas dimensiones como la política (IDiPo) y la social (IDiS), dan cuenta de un comportamiento esperado para algunos municipios como Villavicencio, Restrepo, Cumaral, Guamal, Castilla La Nueva y Acacias, entre otros; cuyas características urbanas y de infraestructura dan cuenta de una planificación que redunda en percepciones de buen mejoramiento; contexto que se continúa en los resultados obtenidos mediante el promedio y el peso porcentual de las variables normalizadas y la reducción de las dimensiones a un indicador sintético.

 


 

 

Resultados y discusión

 

A partir de la normalización de los datos y la operacionalización de las variables se obtuvieron resultados que, como se indicó anteriormente, constituyen un índice de DET que mejor combina características Políticas, Económicas, Sociales y Geográficas para cada municipio del departamento del Meta. En esto, las Dimensiones representan el comportamiento particular y articulado de cada grupo de variables, de tal manera que visualizan la relación existente entre la posición geográfica de cada municipio, su productividad, su vínculo con actividades institucionales y algunas particularidades poblacionales (tasa de envejecimiento, abstención electoral, promedio recaudo predial, tasa de deserción de la educación, densidad poblacional), entre otras.

 

En virtud de lo anterior, resulta importante insistir en lo señalado desde un comienzo en el presente artículo; aquí, el DET se entiende como algo más que un proceso económico con control político y aplicado en los diversos ordenes sociales y como un escenario que se propone desde el orden nacional. Es una representación económica que se integra desde lo local, desde los individuos y las territorialidades, desde su interdependencia con la sociedad, a los procesos de desarrollo. Como se dijo en las primeras páginas, el énfasis es en la persona, en su decisión, en los modos de gobernarse, en la participación de los territorios, en el orden social que se relacionan con las instituciones económicas y políticas, entre otras variables, que permiten “medir” el alcance del desarrollo en los municipios del departamento del Meta.

 

Finalmente, los resultados se muestran en dos momentos: el primero, a través de los índices de las dimensiones territoriales (IDiPo, IDiE, IDiS y IDiG), los cuales representan el comportamiento municipal de las variables utilizadas en el cálculo de cada índice. El segundo, el cálculo del IDeMet, representa la distribución municipal del indicador que integra desarrollo, territorio y orden social. Es importante señalar que, para cumplir con el objetivo aquí propuesto, el cálculo se muestra comparando los dos cálculos realizados con las variables normalizadas tanto por promedio como por porcentajes, permitiendo una mayor sensibilidad en el análisis.

 

Índice de las dimensiones territoriales

 

Las dimensiones territoriales dan muestra de una tendencia más o menos marcada en cada índice calculado; por ejemplo, el IDiS y el IDiG contienen los valores más altos entre todos (0,97 y 0,96; 0,94 y 0,89, respectivamente) y el IDiE el que presenta los valores más bajo de todos los indicadores y un orden diferente de los municipios (tradicionalmente) con mejores resultados. Así mismo sucede con los municipios como Castilla La Nueva, Puerto Gaitán, Puerto López y Granada, los que ocupan los primeros puestos por su productividad per cápita y baja tasa de envejecimiento (que redunda en potencial humano para el trabajo), y a su vez, bajos puestos en torno a la deserción por educación básica y media, Estatalidad o tasa de urbanización. Rasgos particulares como estos son interpretados para aquellos municipios que se destacan del resto en cada dimensión territorial, asumiendo dicho comportamiento como una representación del mejoramiento, bienestar, comodidad13 o satisfacción en torno a ciertas características consideradas como vitales por cada municipio.

 

A continuación, se presentan algunas particularidades de cada índice y su relación de cambios en el orden que tienen los 29 municipios citados.

 

             Índice de la Dimensión Política IDiPo

 

Este índice considera la representatividad que para la población tienen las dinámicas político-administrativas del municipio, relacionadas con la eficiencia que el sector público (o las burocracias) tiene en torno a sus capacidades en el manejo de recursos y actividades municipales. De tal manera que, además de la capital del departamento, municipios como Restrepo, Puerto López, Castilla La Nueva, Puerto Gaitán, Cumaral, Guamal y Acacías, se ubican (nuevamente) en los primeros puestos (Tabla 5), señal de un mejoramiento notable en el manejo que las instituciones han realizado de las dinámicas señaladas.

 

Municipios como Cabuyaro, San Martín de Los Llanos y San Carlos de Guaroa encajan en estos primeros lugares, posiblemente por el manejo político asociado con el posconflicto y producto de los acuerdos de paz firmados en el año 2016, un contexto que ‘habilitó’ políticamente a municipios que permanecían al margen de la presencialidad y autonomía institucional. Dicho contexto ha permitido que las dinámicas asociadas con la estatalidad y la participación ciudadana propicien el mejoramiento en la oferta de actividades culturales y turísticas asociadas con el folclor llanero. Al revisar los municipios que, contrariamente, se ubican en los puestos más bajos, como es el caso de Mesetas, Puerto Rico, La Uribe, San Juanito, La Macarena, Vistahermosa, Puerto Concordia y Mapiripán (Tabla 3), salta a la vista un anillo periférico que bordea la frontera Orinoco-amazónica, son territorios cuya configuración ha estado trazada desde mediados del siglo XX por la baja presencia estatal, las dinámicas sociales asociadas al conflicto armado y el aumento paulatino de colonos y desplazados (campesinos e indígenas) de regiones del Guaviare, Caquetá, Vaupés y Guainía.

 

Tabla 3. Resultados Dimensión Política (IDiPo)

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Fuente: elaboración propia.

 

             Índice de la Dimensión Económica IDiE

 

Este índice representa la relación que tienen la productividad per cápita con la capacidad productiva de la población asociada con la edad (tasa de envejecimiento y dependencia demográfica), una lectura que se referencia al igual que los demás índices a rasgos poblacionales14 de los municipios del departamento del Meta. Aquí, los resultados obtenidos son los más bajos del ejercicio realizado y son asumidos como un nivel de representatividad (y aceptación, por qué no) que le otorgan los habitantes de cada municipio al alcance que actividades económicas como la extracción del petróleo, los cultivos de palma y la industria turística, han logrado en los territorios.

 

El orden y distribución obtenido por el índice de cada municipio permite considerar que el alcance social de las actividades económicas es significativo en el desarrollo local, es decir, municipios como Castilla La Nueva, Puerto Gaitán, San Carlos de Guaroa y Puerto Lleras han reorganizado las actividades agropecuarias y dirigido su atención a la tercera economía de las actividades relacionadas con el turismo. La vecindad entre territorios, la infraestructura vial, las relaciones interinstitucionales con el sector privado y con el nivel departamental, juegan un papel determinante en la economía municipal, toda vez que relacionan los sistemas productivos con el acceso a la educación y con la inversión pública, potenciando así la generación de empleo y de alternativas de emprendimiento que redundan en la terciarización de las economías locales.

 

Tabla 4. Resultados Dimensión Económica (IDiE)

 

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Fuente: elaboración propia.

 

Los municipios que aparecen ‘relegados’ de un buen índice, como sucede con El Castillo, San Martín de Los Llanos, San Juan de Arama, Mapiripán, Lejanías, Mesetas y Puerto Concordia, responden con datos asociados a la empleabilidad y productividad en el primer y segundo sector, principalmente, y a la recuperación paulatina de la confianza inversora, producto del conflicto armado; una situación que ha sido constante en más de medio siglo en el Departamento. No obstante, llama la atención encontrar en estos lugares municipios como Restrepo, Guamal y Cumaral los cuales tienen una dinámica en el tercer sector asociada con el área Metropolitana de Villavicencio y algunos fenómenos de rururbanización y gentrificación por la movilidad constante de recursos y poblaciones en fiestas, celebraciones y eventos relacionados con la cultura y el medio ambiente local. La primera, según Beatriz Nates (2018) es un proceso que se articula en el encuentro que tiene lo urbano y lo rural “en cuyo movimiento y territorialización se generan espaciotemporalmente rururbanidades” (p. 17); el habitante urbano se traslada con sus comportamientos a escenarios tradicionalmente rurales y el habitante rural adopta tradiciones urbanas en suelo rural. Y la segunda, Glass (1964) citado por Nates (2018, p. 23), lo plantea como un concepto predominantemente urbano con el que describe un proceso en el cual capitales privados son inyectados en sectores tradicionales generando un desplazamiento de los habitantes originarios. Sin embargo, éste se extiende al contexto rural y autores como Beatriz Nates (2008), lo abordan como un proceso nuevo en el que “el aumento de atracción y del entusiasmo de las zonas rurales descentradas (…)” (p. 264) son signos reconocidos en el territorio de gentrificación.

 

             Índice de la Dimensión Social (IDiS)

 

Este índice, como ya se señaló, presenta los valores más altos de todos; muestra la mayor representatividad que tienen las variables en los municipios con una alta satisfacción de características consideradas como vitales y una mayor participación de la educación básica y media, como es el caso de Villavicencio, Restrepo, Guamal y Cumaral, quienes ocupan las primeras posiciones. Una situación que bien podría estar estimulada por la terciarización de la economía en las dos últimas décadas asociada con la actividad petrolera y turística; cuyas dinámicas urbanas y productivas se continúan en municipios como Castilla La Nueva, Acacías, Puerto López y Cubarral. Llama la atención que municipios como El Dorado, San Juanito, El Calvario y San Martín de Los Llanos, participen de estas posiciones, toda vez que la información asociada a estos se concentra en el manejo del conflicto y su transición a escenarios de paz; posiblemente se reconozca una oportunidad (y potencial) de desarrollo económico en el territorio si se asume un mejoramiento en el acceso a la educación.

 

Municipios como El Castillo, Vista Hermosa, Puerto Rico, Puerto Gaitán, Puerto Lleras y Puerto Concordia presentan un IPM normalizado muy bajo, por debajo de 0, 3, y La Uribe con tan solo 0,07; y a su vez, un mejoramiento considerable en torno a la educación básica y media, el cual supera el 0,69 del valor de la variable en estos municipios (salvo Vistahermosa y El Castillo que está en 0,4). Esto último puede responder a valores que se van atenuando en la medida en que existe mayor distancia a la capital del Meta; por ejemplo, hacia el Sur en municipios como El Castillo, La Uribe y Vistahermosa; hacia el oriente como Puerto López y Puerto Gaitán; y hacia el suroriente con municipios como Puerto Lleras, Puerto Rico, Puerto Concordia y Mapiripán.

 

Es importante considerar que existen particularidades en la distribución que el indicador muestra. Tal es el caso del municipio de Mapiripán que, al ser uno de los más distantes (con cerca de 352 Km de distancia), presenta el penúltimo lugar del índice (0,32), o el caso del municipio de San Carlos de Guaroa que, pese a estar a 89 Km de Villavicencio, tiene la más baja representatividad (0,31); dos municipios que coinciden en obtener los dos últimos lugares del IDiS (28 y 29). La situación puede ser generada por las limitantes que están asociadas con problemas de orden público, accesibilidad de carga y pasajeros, y la representatividad del estado en el territorio. En la Tabla 5. se muestran los resultados ordenados de mayor a menor representatividad (mejoramiento).

 

Tabla 5. Resultados Dimensión Social (IDiS)

 

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Fuente: elaboración propia.

 

             Índice de la Dimensión Geográfica IDiG

 

Este índice resultó estratégico para visibilizar la relación existente entre las dinámicas poblacionales y urbanas de los municipios del departamento del Meta con la capital de Colombia, comentada anteriormente. Entendiendo que existe una incidencia directa de viajeros en la permanencia y residencia de personas en los municipios, como sucede con los municipios como San Martín de Los Llanos, Acacías y Granada que, después de Villavicencio, presentan una alta tasa de urbanización y de población total (Tabla 6). Situación previsible si se considera que las dinámicas turísticas, en las últimas dos décadas, son propiciadas por la vía al llano sobre la vía del orden nacional Villavicencio-Acacias-Guamal-San Martín-Granada. Entendidas como el flujo de personas que ingresan o salen del departamento del Meta en fechas que se ofrecen fiestas y celebraciones, redundando en un aumento considerable de personas en áreas urbanas y rurales que demanda mejoras importantes en la infraestructura turística definida por cada municipio.

 

Los antecedentes poblacionales y urbanos de los municipios del Meta, como es el caso de Villavicencio, muestran una tendencia en dar la espalda a los llanos y mirar hacia la capital de Colombia (Salamanca, 2009) a través de procesos migratorios generados desde finales del siglo XIX y concentrados en la segunda mitad del siglo XX (Espinel, 1989); situación que favorece –o por lo menos que facilita– las movilidades de pasajeros entre uno y otro lugar. Este contexto resulta estratégico para materializar la relación directa que tiene Bogotá en la dinámica propia de municipios como Granada, Acacias, Restrepo y Cumaral, por ejemplo.

 

Tabla 6. Resultados Dimensión Geográfica (IDiG)

 

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Fuente: elaboración propia.

 

Llama la atención que municipios como Puerto Gaitán, Puerto Concordia, Lejanías, San Juan de Arama y Barranca de Upía, por ejemplo, tengan una distancia a la capital que, aunque supera los 200 Km (e incluso los 300 km), coincidan con un mejoramiento en la tasa de urbanización considerable (por encima del 0,40). Situación que coincide con las dinámicas económicas que ha producido la actividad agroindustrial y minera en municipios aledaños.

 

Índice de Desarrollo Departamental

 

Los resultados anteriores mostraron algunas tendencias que cada dimensión adopta con relación a los cambios (significativos o sustanciales) que tienen las variables asociadas con cada municipio. Los índices visibilizaron la posición que cada municipio ocupó en el total departamental; por lo que ahora resulta estratégico (y a la vez importante) alcanzar el objetivo planteado mediante la construcción de un indicador sintético que relaciona las diferentes variables, articula los cuatro (4) índices de dimensiones territoriales (IDiPo, IDiE, IDiS e IDiG) y representa el DET en el departamento del Meta. El IDeMet, calculado de esta manera, se consigna en dos tablas: en la Tabla 8, a partir de la relación de los valores promedio de las variables estandarizadas y en la Tabla 9, a partir de la relación de los valores porcentuales asignados a cada variable estandarizada; en ambos casos, los resultados fueron ordenados de menor a mayor valor y, para que logrará una mayor representatividad espacial por municipio, son agrupados en cinco (5) rangos que permiten diferenciar el nivel de desarrollo municipal alcanzado en el departamento, utilizando la variable visual de color15 (Tabla 7).

 

Tabla 7. Rangos de valores del IDeMet y variable visual de color

 

Fuente: elaboración propia.

 

En virtud de lo anterior, los resultados de la Tabla 8 y la Tabla 9 muestran el orden que cada municipio adquiere respecto al valor de su índice; una correspondencia geográfica que resulta adecuada para la relación aquí propuesta (en cifras) entre desarrollo, territorio y orden social; la cual se espacializa en el mapa del departamento del Meta, asociando el valor del IDeMet al rango de valor y representándolo con la variable visual de color Mapa 1.

 

Tabla 8. IDeMet calculado a partir del promedio de las variables estandarizadas

 

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Fuente: elaboración propia.

 

 

Mapa 1. Distribución geográfica del Índice de Desarrollo Departamental (IDeMet por Promedio)

Fuente: elaboración propia. 

 

 

Tabla 9. IDeMet calculado a partir del valor porcentual de las variables estandarizadas

 

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Fuente: elaboración propia.

 

 

 

Mapa 2. Distribución geográfica del Índice de Desarrollo Departamental (IDeMet por Porcentaje)

 

Fuente: elaboración propia.

 

Al analizar la agrupación de municipios en cada tabla, se observa un cambio en la cantidad de municipios agrupados en un tipo de desarrollo bajo, el cual pasa de 2 a 5 e intercambia de posiciones La Macarena y la Uribe (municipios vecinos en el extremo sur del departamento). De manera similar sucede con los municipios que quedan agrupados en un tipo de desarrollo regular, los cuales se reducen de 12 a 9, pero mantienen como mejor posición la 8ª y 9ª (en ambas el municipio de Puerto Gaitán). Lo propio sucede con municipios como Restrepo, Cumaral, Acacias, Guamal y Puerto López, los cuales intercambian posiciones entre sí, pero mantienen un tipo de desarrollo medianamente bueno. De igual manera, se observa que el municipio de Restrepo desciende del 3º al 5ª puesto mientras que el municipio de Granada asciende del 13º al 9º producto de cambios similares en el IDiPo, para el primero y el IDiE e IDiS, para el segundo.

 

 

 

El rango alcanzado por el índice de valores promediados está entre 0,34 y 0,72, mientras que el calculado a partir de porcentajes estuvo entre 0,32 y 0,71. Los valores son similares entre sí, sin embargo, al mirar la distribución geográfica del primero, éste propone un escenario departamental con un desarrollo económico aceptable, puesto que veinte (20) municipios alcanzan un desarrollo entre regular y muy bueno, dentro de los cuales se destacan ocho (8) municipios cuyo índice es superior al 0,6 (señalados con color verde en el Mapa 1). Llama la atención la distribución geográfica que tienen en el norte del departamento, sobre una isolínea que va de occidente a oriente y, desde la cual, se disponen en cerca del 50,8% del territorio; esto, posiblemente, por su articulación directa con la ciudad de Villavicencio. Lo propio sucede con los valores del segundo, el cual aumenta de 9 a 13 la cantidad de municipios con un tipo de desarrollo inferior al regular (un 31% más en el total de municipios). Situación que puede ser resultado por un bajo nivel de estatalidad, debido a las dinámicas del conflicto sociopolítico generado desde mediados del siglo XX.

 

 

Figura 1. Premapa del DET en el Departamento del Meta

Fuente: elaboración propia.

 

El ÍDeMet realizado por porcentajes, pone en consideración un desarrollo económico del departamento irradiado desde la capital, Villavicencio, sobre los ejes viales (del orden Nacional) y a partir de las funcionalidades alcanzadas en las últimas décadas por la liberalización del comercio (Romero, 2011); el cual se adentra paulatinamente en áreas urbanas de municipios cercanos, disminuyendo su intensidad en los bordes del departamento (Figura 1). El IDeMet por promedio marca un cambio sustancial en los municipios del sur del departamento, el cual consiste en concentrar un desarrollo medianamente bajo hacia el suroccidente y un desarrollo bajo hacia el suroriente. Un comportamiento que trasciende el límite departamental y configura territorios sobre el departamento del Guaviare. De tal manera que, desde este punto de vista, la articulación intermunicipal explica la representatividad y funcionalidad que existe sobre el DET. Un escenario que resulta estratégico para el objetivo planteado en el presente artículo.

 

Se identifica cierto patrón de dispersión que, como se ha señalado, se origina en Villavicencio y se dirige hacia afuera, configurándose una zona de influencia que toma rumbo hacia el sur (municipios de Acacias, Guamal y San Luis de Cubarral) y hacia el oriente (municipios de Restrepo, Cumaral y Puerto López) (Figura 1). Esta zona es producto de la relación socioeconómica propiciada por la red vial; describe una ‘geometría del poder’16 en la que las áreas con mayor integración son definidas por municipios cuya localización municipal (soportada en la infraestructura vial del orden Nacional) tiene distancias que no superan los 30 km; una vecindad a la ciudad de Villavicencio que se fortalece desde la funcionalidad político-económica enmarcada en el petróleo y el turismo del siglo XXI. Las áreas de menor integración se debilitan en el perímetro territorial del departamento.

 


 

 

Conclusiones

 

Es posible (y válido) representar las ideas del Desarrollo Económico Territorial (DET) y sus dinámicas a través de la relación y jerarquización de variables Políticas, Económicas, Sociales y Geográficas mediante la construcción de un índice multidimensional con información estadística municipal. Esto es, asumir el desarrollo como una representación social que trasciende lo meramente económico y se opera en el ámbito territorial a través de considerar en las variables de orden político, económico, social y geográfico, un conjunto de datos con los que se presumen la ‘libertad y acceso’ de los individuos y colectividades que representan. De tal manera que, la espacialización de los análisis y los resultados, se considere como una referencia de base social y geográfica que redunde en el acceso al desarrollo económico; en este caso para cada municipio del departamento del Meta.

 

El haber tomado como referencia 39 variables, seleccionado 17, correlacionado 12 y agregado tres, y haberlas integrado en cuatro dimensiones territoriales, permite representar de manera más completa, el comportamiento multidimensional del DET. La incorporación de datos y cifras estadísticas territoriales y su operacionalización mediante relaciones y secuencias asociadas a la geograficidad de la información logró que los resultados mostraran algunas tendencias asociadas a cada dimensión; es decir, el comportamiento que adoptan los datos con relación a los cambios (significativos o sustanciales) que tienen las variables asociadas con cada municipio. Los índices visibilizaron la posición que cada municipio ocupó en el total departamental. La distribución geográfica de los valores representada en el mapa de división político-administrativa del departamento del Meta y con los colores de los rangos establecidos en la Tabla 7, muestra la correspondencia que el IDeMet tiene; corrobora que la distancia a Villavicencio y a la capital, más la articulación por vecindad entre los municipios, son determinantes en las dimensiones política, social y geográfica con la que se evalúo el DET; y permite comprender el desarrollo departamental como un conjunto de territorios reticulares y territorios en red cuyos intersticios representan menores integraciones municipales que las alcanzadas con la capital. Así, el escenario socioeconómico que mantienen los municipios desde poco más de medio siglo se corresponde con la jerarquización de los territorios municipales configurada desde Villavicencio hacia el eje Restrepo-Cumaral y hacia Acacias-Guamal-San Martín-Granada, y el fraccionamiento que representa la ‘periferia’ de municipios con colindancia en Guaviare y Vichada.

 

El análisis realizado da cuenta de una isocronía del desarrollo, es decir, un comportamiento tendencial en el que existe una correspondencia espacio-temporal en la distribución del IDeMet, la cual, como se mencionó anteriormente, se origina en Villavicencio y, a través del conocimiento histórico previo, se reconoce en los años noventa que toma dirección por el Oriente hacia Puerto López y Puerto Gaitán para que luego, comenzando el nuevo milenio, dirija su atención hacia Acacias, Guamal, San Martín y Granada y, en la última década, hacia el nororiente (hacia Retrepo y Cumaral) (Figura 1). Esto le da sentido a ciertas dinámicas territoriales que han surgido en el departamento en torno a la terciarización de la economía en Villavicencio, Acacías, Restrepo, Cumaral y Guamal, entre otras; el fortalecimiento del ecoturismo, agroturismo u otras expresiones similares, en los municipios perimetrales a los ya señalados; y, también, a migraciones (o desplazamientos) rururbanos e intermunicipales. Todos estos eventos propiciados por el sector petrolero, el cultivo de la Palma de Aceite y las dinámicas asociadas con el conflicto y acuerdos de paz.

 


 

 

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a Este artículo está asociado al proyecto de investigación doctoral «Relación entre los regímenes de desarrollo y el proceso de configuración territorial de la ciudad de Villavicencio (Colombia), entre 1936 y 2018», que el autor adelanta en el Doctorado en Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas (Colombia), en el Grupo de Investigación Territorialidades y en la línea de Investigación «Territorialización de las acciones y procesos de metropolización».

 

b Doctorando en Estudios Territoriales; MSc. en Geografía; Especialista en Ecología y Medio Ambiente; Especialista en Gerencia de Recursos Naturales; Ingeniero Catastral y Geodesta. Docente de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 


 

1 Aquí son asumidos desde el ámbito municipal, el primero, y el departamental con alcance regional, el segundo.

 

2 Los valores que sustentaban las ideas del desarrollo se han transformando a lo largo del siglo XX, de la misma manera que los países del primer mundo, con sus transformaciones sociales, han servido como modelos en las formas de gestión de los territorios.

 

3 En el entendido que la segunda es el fin de la primera.

 

4 Las ideas de Zambrano (2017) permiten asumirlo como aquel conjunto de acciones producidas por relaciones de consenso entre distintos actores y que se materializan en el territorio.

 

5 Hace dos décadas se hablaba del Desarrollo Local como un reconocimiento a las relaciones entre los individuos y el mercado, mediante la adaptación a las perspectivas de la economía mundial; frente a lo cual Pecqueur (2005) señala que lo local debe ser entendido por lo territorial.

 

6 En palabras de North et al. (2009), una teoría del desarrollo es una teoría de cambios sociales que se producen desde la multidimensionalidad de los territorios, por lo que debe involucrar las teorías de la economía, la política y el comportamiento social. De otra manera explicar el desarrollo económico territorial, en algunos casos, separando relaciones y características de los órdenes sociales, controles políticos y actividades económicas, redundará en una perspectiva progresista que poco permitirá identificar caminos para alcanzarlo.

 

7 Aquí es asumido como aquel que resume (o integra) múltiples variables o dimensiones en un solo indicador, obtenido a partir de dos procesos: normalización (o estandarización) de variables y reducción de dimensiones.

 

8 Las cuales son referenciadas en los componentes general, urbano y rural por parte de los instrumentos de planificación y ordenamiento territorial, en el marco de la Ley 388 de 1997.

 

9 Mediante la normalización, se ajustaron los valores del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, a una escala común (de 0.0 a 1.0), con la cual la representatividad se consideró como el nivel de mejoramiento que cada municipio presenta en torno a la variable considerada; así, los que se acercaron a valores de cero puntos cero (0.0) tienen un mejoramiento insuficiente y los que se acercaron a uno punto cero (1.0) tienen un mejoramiento suficiente.

 

10  En el marco de la planeación municipal y el desarrollo territorial.

 

11 Esta proporción fue definida a partir del alcance conceptual que tiene el Desarrollo Económico Territorial; es decir, aquí es entendido como un proceso multidimensional que se articula en las cuatro (4) dimensiones señaladas, sin dar prelación o preponderancia a alguna de ellas.

 

12 Cuatro campos territoriales sobre los que se articula el desarrollo territorial (Favareto et al. 2015).

 

13 Aquí definida o asumida como “estar de acuerdo con” como bien se puede entender en las ideas de Sen (1999).

 

14 Cuyo énfasis es en la persona, en su decisión, en los modos de gobernarse, en la participación de los territorios y su interdependencia con la sociedad.

 

15 Las variables visuales son entendidas como el conjunto de elementos visuales que permiten crear mapas capaces de representar la información que se va a transmitir y que representa la realidad espacial contenida en el producto cartográfico.

 

16 Una expresión que se fundamenta en las referencias que hacen autores como Doreen Massey (2004), Saskia Sassen (2000), Carlos Reynoso (2018) y Catalina Banko (2008),

por citar algunos, en donde es la identidad del lugar (lo Local) la que resulta ser arraigable en el espacio social, concreta en los territorios y construida por relaciones de interdependencia con otros lugares, es aquí cuando adquiere ese sentido esa distribución del ‘poder’ (económico y político).

 


 

Para citar este artículo: Romero Novoa, J. A. (2021). Construcción de un indicador socioeconómico y espacial para el análisis del Desarrollo Económico Territorial del departamento del Meta (2005-2015). Revista Luna Azul (On Line), 52, 76-104. https://doi.org/10.17151/luaz.2021.52.5

 


 

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