EDITORIAL

 

REFLEXIONES MÍNIMAS Y DIVERGENCIAS (I)

 

Recibido el 23 de marzo de 2017, aprobado el 16 de mayo de 2017 y actualizado el 17 de julio de 2017

 

DOI: 10.17151/luaz.2017.45.1

 

Dentro de la construcción del campo de estudio de la Ecología Política, área esencialmente crítica, cabe la consideración sobre los debates internos que parecen irse entretejiendo con los años. Tales debates, además de enriquecer en análisis, contenido e información, plantean escenarios complejos y, ciertamente, divergentes. Paradójicamente, las divergencias no se encuentran a medio camino, sino en su inicio y su final, es decir, tanto en la historicidad a la cual se apela para elaborar la construcción de dicho campo como en lo referido a la proyección de sus mundos posibles. Lo interesante de esta divergencia, que en realidad plantea una imagen de cruce perpendicular, es que su punto de encuentro –a medio trasegar- es un amplísimo abrazo unitario ante un enemigo común: el modo de hiperproducción actual.

 

Una de las líneas, podría decirse, es la recuperación del marxismo como componente crítico para establecer una idea ecológica en la economía política –basada en la relación hombre/naturaleza/explotación-, a través de la consideración detallada de elementos instituyentes dentro de la crítica al capitalismo. Esta línea, en las últimas décadas, se alimenta (bifurcándose a veces) del debate en torno al productivismo industrial y sus pilares: el desarrollo, el crecimiento y el progreso, no sin el análisis de la “escisión metabólica”. La otra línea, de menor cobertura académica, es la recuperación del anarquismo tanto desde los conatos libertarios rusos del siglo XIX (los Narodniki rusos y su proclama de Tierra y Libertad, citados por Joan Martínez Alier) como desde las investigaciones sobre el apoyo mutuo de Piotr Kropotkin. Dentro de la crítica al proyecto de la Modernidad –con su envés colonial- la lectura anarquista plantea un escenario gustoso en complejidad al no olvidar otro de los pilares fundamentales de tal proyecto: el Estado Moderno. Este es uno de los motivos por los cuales la deriva libertaria no enfatiza en la dicotomía público/privado o Estado/Mercado en cuanto a las cuestiones ecológicas. Su lugar de reflexión es otro y, con ello, las implicaciones al respecto de las acciones ecológicas son –también- otras.

 

En términos de la reflexión académica es urgente la reconsideración de los paradigmas estado-céntricos, máxime si cada vez son más difusas las fronteras que separan las nociones que indican las dinámicas del actual sistema de poder global. Los Estados y sus bases institucionales y burocráticas, embebidos en la lógica del capitalismo y de la hiperproducción –o ahogados en ellos- no tienen condiciones de posibilidad para la inclusión estructural de las dimensiones ecológicas en su radio de acción. Son los procesos de organización horizontal a través de la ampliación de la comunidad moral las resistencias activas que pueden apelar a técnicas y metodologías de entorpecimiento de tales lógicas de control. Así pues, es necesario que los elementos ideológicos divergentes –cada vez más tácitos- sean expuestos, analizados y reflexionados dentro del campo de la Ecología Política. El pensamiento crítico debe sostenerse en plural y debe ser capaz de debatir –inclusive- sus propios sesgos cognitivos. 

 

Natalia Agudelo-Sepúlveda

Filósofa.

Magistra en Estudios Latinoamericanos.

Doctoranda en Ciencias Sociales.

Docente Ecología Política.

ORCID: 0000-0001-8654-3644

 

Para citar esta editorial: Agudelo-Sepúlveda, N. (2017). Editorial. Reflexiones minimas y divergencias (I). Revista Luna Azul, 45, 01-02. DOI: 10.17151/luaz.2017.45.1